Este 4 de Diciembre, por Caparrós, por Lorca, por Mariana Pineda, por quienes están en las cunetas, por Verdejo, por los que ahogaron sus luchas con violencia y muerte, por Andrés, por nuestras muertas, por nuestros presos, por una ANDALUCÍA LIBRE Y DIGNA, TODAS A SEVILLA!!
RUEDA DE PRENSA EN JAÉN:
ANDALUCÍA SOBERANÍA
Para defender nuestros derechos
El 4 de Diciembre
es una fecha de hondo significado histórico para Andalucía. El 4D de 1977
cientos de miles de andaluzas y andaluces salieron a las calles, en nuestras
ciudades y pueblos, y también desde la emigración, para exigir autogobierno. El
pueblo trabajador andaluz se rebelaba así contra el papel subalterno que se
pretendía asignar a nuestra tierra desde los despachos de Madrid en que los
partidos políticos estaban negociando la constitución que habría de inaugurar
la segunda restauración borbónica.
El 4D es también
el recuerdo de cómo se desarticuló y desactivó ese aspiración andaluza a un verdadero autogobierno, hasta
convertirla en una autonomía amaestrada, contenida en un Estatuto, de palabras
e intenciones vacías, instrumento para frenar nuestra legítima aspiración de
poder resolver por nosotros mismos la dependencia económica, la subordinación
política y la apropiación y desactivación de nuestra cultura.
Para los andaluces
y las andaluzas de conciencia, el 4D es una fecha simbólica, un hito que nos
hace recordar que tuvimos esa aspiración, pero también una fecha para indicar
que no olvidamos ni nos resignamos.
Por eso, este
próximo 4D, pedimos al pueblo andaluz que salga a la calle a reclamar soberanía
y autogobierno porque nuestros problemas, después de 39 años de “muy limitada
“autonomía”, continúan siendo los de un país dependiente y subalterno a causa,
sobre todo del “régimen” político que se instauró en la Junta de Andalucía y
que dura ya casi cuatro décadas.
Nuestro territorio continúa siendo esquilmado
y nuestros recursos expropiados por la voracidad de los grandes intereses
económicos globales, con la complicidad de quienes gobiernan la Junta. Mientras
tratan de vendernos el mantra del que llaman desarrollo sostenible, esa
oligarquía depredadora destruye nuestro patrimonio natural y cultural,
convertido en mero recurso al servicio de la ganancia de unos pocos, mientras
que para el pueblo andaluz se genera paro, miseria, precariedad, pobreza,
sufrimiento y ausencia de futuro.
Los ejemplos del
modelo económico extractivista que nos han impuesto son abundantes. Y sus
efectos evidentes. Sirva como referente la situación crítica que vive hoy
Doñana, a la que se quiere convertir en un gigantesco depósito de gas sin tener
en cuenta que es una Reserva de la Biosfera y un espacio de riesgo de
terremotos y tsunamis.
Otro ataque
permanente a nuestra soberanía territorial se encuentra en las bases militares
de Rota y Morón, convertidas en plataformas para la agresión a los pueblos de
Oriente Próximo y de África, lo que contradice nuestra cultura de la paz y pone
a Andalucía y al pueblo andaluz en el punto de mira de posibles ataques de
represalia. Siendo una tierra de Paz, quieren convertirnos en una tierra de
muerte.
Igualmente, la
Unión Europea socava nuestra soberanía política y económica: desde Bruselas se
impuso la desindustrialización de nuestra tierra y el modelo de agricultura
para la exportación y el turismo que padecemos hoy, perpetuando a cientos de
miles andaluces como temporeros de ambos sectores.
Nuestras fronteras
en el sur se han convertido en muros electrificados, con los que se pretende
repeler a otros seres humanos. Convertidos en gendarmes de Europa, se nos
pretende usar como colaboradores activos del ataque sistemático a los derechos
humanos.
De este modo,
Andalucía ha llegado a ser un territorio ocupado, fortificado y militarizado,
al servicio de los intereses geopolíticos y estratégicos imperialistas y de las
grandes corporaciones empresariales, especialmente de la industria de la
guerra.
Y mientras tanto,
el pueblo andaluz vive una realidad cada día más dura, como consecuencia de ser
el Sur de todos los sures de Europa. El paro estructural, con índices
insoportables entre la población joven, los altos índices de precariedad
laboral, con especial incidencia en las mujeres, el nivel de pobreza entre la
población infantil, los desahucios, el deterioro de los servicios públicos,
particularmente de la sanidad, la educación y los servicios sociales,
configuran un marco de violencia económica, social y política, que nuestro
pueblo sufre y en el que se encuentra inerme.
Digamos ¡basta!
este 4 de Diciembre, exijamos y construyamos una salida real a todos nuestros
problemas. Una salida que debe ser construida entre todos y todas, porque no
hay recetas mágicas ni atajos; una salida que pasa necesariamente por reclamar
y exigir soberanía, es decir, nuestro derecho como pueblo a decidir libremente,
en todos los ámbitos de la vida: político, económico, social y cultural.
Reclamamos la soberanía sobre el
territorio, la soberanía alimentaria, la soberanía energética, la soberanía
para reafirmar y desplegar creativamente nuestra cultura, la soberanía para
poder acoger a otras gentes y garantizar para todas las personas los derechos
humanos. Es esta la soberanía que queremos conquistar y que sólo es posible
mediante la soberanía política, dotándonos de los instrumentos necesarios para
avanzar hacia una sociedad más igualitaria, justa y en armonía con la
Naturaleza; hacia una Andalucía Libre formada por mujeres y hombres libres. Es
esta la única herramienta que nos permitirá articularnos como pueblo, volver a
aspirar a ser un pueblo de hombres y mujeres alegres y felices, superando la
descripción dolorosa que hiciera Blas Infante de Andalucía como “la
tierra más alegre con los hombres (y mujeres) más tristes del mundo”.
Reclamemos que no estamos dispuestos a seguir siendo hombres y mujeres
entristecidas, trabajadores y trabajadoras disciplinadas por el paro y la
precariedad, sumisas por un régimen político que pretende identificar los
intereses de una minoría parasitaria con los intereses de todo un pueblo.
Pongámonos en pie para emprender el camino de nuestra emancipación política, social,
económica y cultural, que pasa, necesariamente, por romper el marco actual de
relaciones de subalternidad política, dependencia económica y alienación
cultural.
Pongamos en marcha un proceso
constituyente, que alumbre un nuevo poder de las clases populares y los
pueblos, que reconozca el derecho a decidir de forma efectiva. El papel de
Andalucía es decisivo para abrir este proceso democrático y popular que supere
el Régimen del 78 y la monarquía y acabe con el dominio del gran capital
transnacional ejercido a través de la UE y la OTAN.
El
pueblo andaluz precisa de la confluencia de los movimientos sociales, de las
organizaciones políticas, de los sindicatos de clase, de las asociaciones
ciudadanas y de todas las personas que apuesten por transformar radicalmente el
sistema, y no legitimarlo con la creencia ilusoria de que bastaría con ser levemente corregido. No nos
engañemos: los problemas que nos aquejan son los propios de una nación
dependiente y sometida a un proceso de neocolonización; de un pueblo que, en
buena parte, ha dejado de tener conciencia de tal.
A estas alturas de
nuestra historia, las andaluzas y los andaluces de conciencia sabemos qué
queremos y cómo alcanzarlo. Queremos una Andalucía concienciada, que trabaje
para su presente y mire al futuro con ilusión y esperanza. Que plantee
alternativas al actual falso desarrollo; alternativas basadas en una economía y
una cultura para la vida, respetuosas con la Naturaleza y cimentadas en unas
relaciones sociales radicalmente democráticas.
Queremos una Andalucía no ensimismada pero que se piense y actúe por sí y para sí y en solidaridad con todos los pueblos. Para ello, se requiere mucho más que la acción de un partido político o ganar unas elecciones. Se requiere la acción de un pueblo. Necesitamos construir un poder popular andaluz, en todos los ámbitos, que haga posible una Andalucía Libre formada por mujeres y hombres libres.
Queremos una Andalucía no ensimismada pero que se piense y actúe por sí y para sí y en solidaridad con todos los pueblos. Para ello, se requiere mucho más que la acción de un partido político o ganar unas elecciones. Se requiere la acción de un pueblo. Necesitamos construir un poder popular andaluz, en todos los ámbitos, que haga posible una Andalucía Libre formada por mujeres y hombres libres.
¡VIVA
ANDALUCÍA LIBRE!
¡¡ POR UNA ANDALUCÍA LIBRE Y SOBERANA !!
Salida de Cazorla : 6 de la mañana (Sede IU).
Contactar previamente para reserva plaza en buses, con : 953 710 328 (Sede) o 679 507 719 ( Jose ).
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