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domingo, 27 de septiembre de 2009

NI OLVIDO NI SILENCIO








Este domingo 27 de septiembre se cumplen 34 años de la ejecución de los comunistas Sánchez Bravo, García Sanz y Baena y de los abertzales Jon Paredes Manot “Txiki”y Angel Otaegi por parte del Estado fascista español, su único delito fue luchar por la emancipación de sus pueblos. Su recuerdo, ejemplo y entrega, siempre estarán presentes entre aquellos que hoy, treinta y cuatro años después, seguimos enarbolando la bandera de la emancipación del Pueblo trabajador de un estado opresor que reprime todo aquello que ose alzarse contra su régimen de explotación y terror.



Hoy en día a pesar del tiempo transcurrido, el Estado y la policía siguen deteniendo,apaleando y encarcelando a los mismos, y por ello hay que preguntarse:¿Qué tipo de democracia puede ser esa en la que hacer política es delito y donde se ilegalizan las ideas? o donde los pueblos tienen que seguir saliendo a la calle denunciando terrorismo de estado y violencia policial.


Aquel triste día una inmensa conmoción internacional acompañó a los cinco fusilamientos, acordados el día anterior, 26 de septiembre, en Consejo de Ministros y por unanimidad.
Apenas cuatro días antes, la policía había expulsado de España a varios intelectuales franceses, entre ellos el actor Yves Montand, el realizador Costa Gavras y el escritor Regis Debray, que intentaban divulgar en Madrid un escrito de condena contra el régimen franquista, suscrito por Jean Paul Sartre, André Malraux, Louis Aragón y Pierre Mendes-France. La inminencia de las ejecuciones había movilizado al mundo entero, y de todas partes llegaban mensajes pidiendo clemencia.



Pero, aquella noche del 26 el jefe del Estado se había acostado ordenando taxativamente que no les despertasen bajo ningún pretexto. Si no le habían conmovido los ruegos de Pablo VI, menos aún iba a hacerlo la imagen del primer ministro sueco Olof Palme, pidiendo con una hucha por las calles de Estocolmo en favor de las familias de los condenados. O la carta de su propio hermano, Nicolás Franco, recordándole: "Tú eres un buen cristiano, después te arrepentirás".


Pese a todo, algunos periódicos de aquel sábado, 27 de septiembre, se habían plegado a las consignas y titulaban a toda página: "Hubo clemencia", refiriéndose a los seis indultos que la generosidad del general había acordado: el ser especialmente joven, mujer o universitario permitió seguir viviendo a los miembros del FRAP Manuel Blanco Chivite, VIadimiro Fernández, Concepción Tristán, María Jesús Dasca y Manuel Cañaveras, a quienes el tribunal también había condenado a muerte. Al etarra José Antonio Garmendia, Tupa, le salvó el disparo que la policía le hizo en San Sebastián meses antes, al ser detenido; la bala le había lesionado seriamente el cerebro, según pudo demostrar su abogado, Juan María Bandrés.


Los fusilamientos del 27 de septiembre horrorizaron a la opinión pública nacional e internacional. Las irregularidades en los procesos, en los que se acusaba a los condenados de ser autores directos o indirectos de la muerte de varios miembros de las fuerzas del orden, habían sido abundantemente puestas de manifiesto por relevantes juristas europeos. El día 29, el presidente mexicano, Luis Echevarría, quien había ayudado sin disimulo al nacimiento de la Junta Democrática, pidió al secretario general de las Naciones Unidas que suspenda la pertenencia de España a la ONU.



La reacción del régimen fue fulminante: se prohibió a las emisoras de radio emitir rancheras. Paralelamente, la Embajada de España en Lisboa quedó semidestruida por la acción de airados manifestantes. 12 embajadores occidentales abandonaron Madrid, llamados por sus gobiernos.
Nunca el régimen había estado tan solo. El 1 de octubre, y gracias a una eficaz labor de los servicios que dirige el teniente coronel José Ignacio San Martín, se convocó una espontánea manifestación en la plaza de Oriente. Allí, con voz trémula, y aquejado de fuertes temblores, el general dijo a la multitud que: "Todo lo que en España y Europa se ha armao obedece a una conspiración masónico-izquierdista, en contubernio con la subversión comunista-terrorista en lo social, que si a nosotros nos honra, a ellos les envilece". Las imágenes de aquel acto, en el que pudo verse al jefe del Estado sollozando senilmente, figuran entre las últimas en las que aparece el general todavía en pie.


¡GLORIA ETERNA A TODOS LOS CAIDOS EN LA LUCHA CONTRA EL CAPITALISMO Y SU ESTADO FASCISTA!

¡GLORIA ETERNA PARA BAENA, GARCÍA SANZ, SANCHEZ BRAVO,TXIKI Y OTAEGI ! ¡¡ SOIS VIENTO DE LIBERTAD!!

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