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jueves, 21 de mayo de 2009

LA DICTADURA SIGUE VIVA

¿VIVIMOS “REALMENTE” EN UN ESTADO DE DERECHO?


por Nicolas Gonzalez Maraver

Es frecuente y curioso que cuando se habla del Poder Judicial se dice que en España vivimos en un Estado de Derecho, y que corresponde a esa parte del Estado de Derecho, al poder judicial, decidir sobre la bondad de lo correcto o lo incorrecto, supongo que, políticamente hablando.

Pero habida cuenta de lo que ha ocurrido siempre con la pretendida independencia de los poderes: el parlamentario, el gubernamental y el judicial, que no responden en absoluto, ni se acercan “al menos” en sus esquemas ideológicos que representan los colores grafiados sobre las palabras anteriores. Pues pasa lo que pasa...

Conviene recordar, porque algunos parecen que han olvidado que:

Lo que el poder judicial condena, el poder gubernamental, como máximo administrador de los intereses de los que les financian y aúpan al gobierno, condona (perdona). Y lo que el gobierno condena, como es el caso de Iniciativa Internacionalista-Solidaridad entre los Pueblos, el poder judicial confirma. Por lo tanto es fácil deducir que, todos los poderes del Estado de Derecho responden a los intereses de la clase social en el poder.

Y, ¿Quién tiene el Poder? en un país como el nuestro, inmerso hasta los tuétanos en un capitalismo depredador e insaciable. ¿Son realmente independientes estos poderes?.

Es frecuente, curioso y contradictorio que desde una posición política de izquierda referirse al Estado de Derecho del ¿Estado Capitalista Español? en su formulación monárquico-democrática lo hacen desde esa definición que, un marxista comprometido debe hacer lo imposible para erradicar (arrancar de raíz), si es cierto que..... en esta cuestión debemos ser radícales. ¿Lo somos?, o estamos siendo contaminados por la gripe de lo “políticamente correcto”, dado que en el ambiente que nos desenvolvemos, estamos siendo atacados por, el desprendimiento natural infeccioso del óvulo socialdemócrata procedente del ovario del PSOE.

Cuando en este país, Franco ejercía sus criminales violencias de todo tipo, para “meternos por vereda” jaleado por la oligarquía militar-financiera-nacional católica, lo teníamos más claro, pero ahora, sus herederos, la Monarquía Juancarlista y quienes la apoyan, ya no necesitan ejercer aquella violencia física, son más modernos, ahora la hacen mediante la sutil violencia de la subyugación ideológica que les permite agredirnos con unas violencias mucho más eficaces, represivas y limpias gracias a la moderna tecnología mediática.

Antes nos “partían la cara” ahora “nos cambian de cabeza” comiéndonos el coco, ya no..., ya no nos matan en masa, pero si hay que matar a algunos, si se los cargan, ¿porqué?, porque necesitan más y más consumidores, lo que posibilita que la explotación del hombre por el hombre se haga, “democráticamente” a través del llamado sufragio universal, que nos dicen es el de la verdadera libertad para los que los consumidores sumisamente ejerzamos esa libertad de voto, (siempre que no instrumentalicemos revolucionariamente las instituciones del Estado burgués), podamos votar preferentemente a los partidos administradores del orden capitalista, tal como lo vienen haciendo la mayoria de los españoles políticamente “correctos”, algo que aparece como si lo hiciéramos de forma libre y “consciente”, y así, libremente, admitimos ser explotados democráticamente.

¿Estamos la izquierda parlamentaria y extraparlamentaria, instrumentalizando revolu-cionariamente desde el interior y exterior de las instituciones del Estado Capitalista Español?.

Pues yo creo que no y, ¿por qué?, porque solo nos dedicamos a gestionar las instituciones (habría que averiguar si bien o mal, esto merece otro articulo) y, porque ya no nos dedicamos “de verdad y con coherente ejemplo” a comerle el coco a quien se lo tenemos que comer, de esos lodos vienen los barros de las mayorías de los nuevos monárquicos juancarlistas del PSOE. Ambas izquierdas la parlamentaria y la extraparlamentaria estamos demostrando ser incapaces de organizar la combinación de “la presión desde arriba” con la “presión desde abajo”. Y así nos va.

Y esta es, una de las condiciones elementales para la utilización revolucionaria del Parlamento. Una condición preliminar para llevar a cabo cambios sociales fundamentales y hacer viable la utilización del Parlamento como elemento de transformación de la sociedad capitalista en socialista, y esto es:

a) Luchar por una firme mayoría parlamentaria que asegure y desarrolle fuerte presión desde “arriba”,
b) Conseguir que esta firme mayoría parlamentaria se apoye en la actividad revolucionaria de las amplias masas trabajadoras que ejercen presión desde “abajo”.
c) Condición elemental del éxito es, por consiguiente, la combinación de la presión desde “arriba” con la presión desde “abajo” y su efecto conjunto sobre el desarrollo y potencia de la revolución.

Habida cuenta de la comedura de coco de la que, antes hacia referencia, he oido decir de muchos, consumidores jóvenes, maduros y mayores que se tienen por izquierdistas, que la solución sin más complicaciones, es no votar a ningún partido, ¡otros que lo tienen más claro son partidarios de que tomemos la calle!. Pero, las cosas son más complicadas como veremos más adelante. Olvidar la realidad política y pretender con esa respuesta, sin alternativa organizada ni organizativa de la mayoría social trabajadora, el capitalismo “democrático” no se vendrá abajo, sino que se hará mas fuerte, basta con fijarse en la “democracia yanqui” capitalista más grande e imperial, del mundo donde el 50% de los ciudadanos se abstienen de votar.

Es decir, que dada la realidad, y desde la imposición ideológica que padecemos, sobre todo gracias a la nefasta influencia de la mayoría del PSOE, parece que estamos de acuerdo con este moderno Estado de Derecho que nos homologa a la democracia occidental y como Estado de todos, nos hace figura del primer mundo, incluso ser invitados por Berlusconi a la cumbre del G-8. Parece que nos gusta más que el otro Estado de Derecho capitalista en su formulación fascista, aunque con el de ahora estemos mucho más confundidos y divididos que cuando nos gobernaba Franco con su violencia física.

Pero, no seamos pesimistas, dirá algún determinista, los que aun soñamos con la utopía comunista, pasito a pasito iremos, pero no se si llegaremos al socialismo, de seguir las cosas así. Pero hay otro pero, como el de aquella poesía erróneamente atribuida a Bertolt Brecht, primero vinieron a por los más malos, los comunistas, luego fueron a por…, luego vendrán a por los…, finalmente nos ilegalizarán a todos, nos encerrarán, hasta los que ahora en su ingenuidad son engañados defendiendo el Estado de Derecho. Todo llegará aunque muchos ya estemos muertos del todo. Y esto, desde los 65 años de mi juventud me jode bastante.
Mientras tanto, no me queda mas remedio que, hacer picar y picar a mi mosca cojonera con el objeto de conseguir que algunos de mis entrañables y queridos compañeros y camaradas en vez de, caer en la red de lo que tanto repiten los modernos políticos del PSOE-PP sobre el Estado de Derecho, retornen a los vilipendiados Carlos Marx y Vladimir Illich “Lenin”, vuelvan a releerlos y verán como le harán recordar, y aprender a los que nunca les leyeron.

El Estado no es algo divino, incoloro, insaboro, inodoro, inconexo y colgado del cielo, que esté por encima de la sociedad. El Estado siempre se estructura respondiendo en cada momento histórico a las necesidades de la clase social en el poder, lo que de hecho es democracia para la burguesía pero es dictadura para los trabajadores y viceversa, cuando los trabajadores se organizan como clase dominante entonces es dictadura para la burguesía, ellos si lo tienen muy claro, siempre lo adjetivan y definen al Estado popular como una dictadura comunista. El divino Estado solo desaparece cuando las contradicciones de clase desaparecen, cuando todos vivimos en la solidaridad material y moral, y ya no hay ninguna clase social a la que explotar, someter y reprimir. El Estado es y será, eso, lo que está, lo que hay. Y lo que ahora es, necesariamente hay que luchar para que deje de serlo.

El Estado es parte del complejo mundo material, siempre se adecua a las necesidades que provoca el desarrollo productivo controlado por la clase social en el poder. Sería estúpido e inviable para los fines del moderno capitalismo, que los modernos esclavos asalariados, en vez de disponer de un salario fueran atados con cadenas sin mayor lucro que el de ser alimentados para no morir y poder seguir dejando su sudor picando en las minas o en las modernas cadenas de producción. Hoy el moderno Estado capitalista, necesita de cierta libertad de los explotados, de iniciativas de estos para que como fuerza de trabajo que son puedan usar correctamente los modernos medios de producción.

Además necesitan que estos se conviertan, (durante cierto tiempo hasta la llegada de la próxima crisis sistemática que provoca la caótica producción capitalista), en consumidores de los superfluos y falsos objetos de consumo que tantos beneficios reportan a los asalvajados capitalistas.

Recuérdese cuando Manuel Fraga, cuando en 1961 decía, “ojo a los incautos” (los que no tienen cautela) (cautela = cuidado con que se actúa para evitar un peligro), lección que transmitió a su descendiente Aznar y junto con Zapatero se inventaran la ley de partidos políticos para evitar se instrumentalizara revolucionariamente el aparato estatal burgués capitalista. En un informe de Jan Kozak miembro del CC. del PCch, traducido al español y reproducido por Fraga, se evidencia el carácter clasista del Estado burgués, y cómo desde una interpretación revolucionaria leninista, nada izquierdista, desde aquella realidad histórica, en vez de sacralizar la democracia burguesa, el Estado burgués se instrumentalizó revolucio-nariamente, cómo en el aquel país desarrollado de centro Europa que fue Checoslovaquia, se paso del capitalismo al socialismo en cuestión de una semana.

Los comunistas pudieron instrumentalizar el aparato estatal burgués y conseguir la mayoría parlamentaria, pero desgraciadamente no llegaron a comprender como aquella democracia directa participativa del pueblo que estaba organizada en las fabricas, en el campo, en la calle y que les llevó al poder no se constituyó en forma de poder del pueblo trabajador organizado como clase dominante desde abajo arriba.

En vez de mandar al basurero de la historia la maquinaria estatal burguesa, sus-tituyéndola por la del pueblo trabajador organizado con la democracia directa y participativa permanente, trataron de perfeccionarla, lo que se tradujo, como dijera Lenin, en el retorno a la característica principal del capitalismo, al burocratismo ejercido por los mejores políticos administradores del orden capitalista. Pasó en Checoslovaquia y en los demás países del llamado Socialismo Real, incluido en el que denominaba soviético, pero que de soviético solo tenía el nombre, el poder lo ejercían los aparatichis del partido.
Debemos aprender en positivo de las experiencias históricas, incluso de las erradas, nunca será tarde si aprovechamos el tiempo histórico que nos queda con objetividad. De no hacerlo, ya podemos imaginar lo que acontecerá.

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