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miércoles, 15 de abril de 2009

¡ CON EL PAGO DE LA DEUDA HISTÓRICA A LOS ANDALUCES, NUEVAMENTE, NOS TOMAN EL PELO!


En la disposición adicional segunda del Estatuto de Carmona de 1981 se estableció que el Estado debía compensar económicamente a Andalucía dadas sus circunstancias socioeconómicas, reconociéndose la existencia de unos niveles de desarrollo muy inferiores a la media del Estado español. Durante veintisiete años, todos los gobiernos que han pasado por Madrid (PSOE y PP) han hecho oídos sordos a este mandato. Así, por poner algunos ejemplos, hoy, los índices comparativos nos muestran unas diferencias notables entre comunidades en relación con los servicios prestados en materia sanitaria o educativa. Por poner un ejemplo, nuestra tasa de paro duplica la media española. Hoy Andalucía continúa en el mismo lugar de la tabla comparativa de índices que a la finalización de la dictadura. Y, ahora, pretenden poner fin a esta infamia con una cantidad inferior a la que otros territorios del Estado han rechazado “por no ser mínimamente digna”.

Tras la Deuda se halla la Historia Andaluza, de ella extrae legitimidad y en ella también se encuentra la explicación de su frustración y el reciente aborto. Aunque podemos y deberíamos retrotraernos más en el pasado, nos quedaremos en los siglos XIX y XX, cuando a Andalucía se le añade a la subordinación, el papel de subdesarrollo en el conjunto del Estado. Mientras que Cataluña y País Vasco acceden, a la revolución industrial en Andalucía es abortada desde el centralismo de Madrid, al imponerse los criterios de las grandes explotaciones latifundistas cuyos representantes, mucha de las veces, controlan el gobierno estatal. En Andalucía, la miseria representada por el jornalero, mano de obra barata, se traducía en altos índices de analfabetismo, malnutrición y mortandad, lo que facilitó el desarrollo ajeno, al generarse una masiva emigración de más de dos millones y medio de andaluces, reportadora de suculentas remesas en divisas.

El 4 de Diciembre de 1977 y el 28 de Febrero de 1980 constituyeron dos momentos cumbres de la lucha del Pueblo Andaluz por su dignidad. La cultura andaluza y su conocimiento histórico, a pesar del analfabetismo, son los pilares en los que el maltratado pueblo andaluz se asienta para pedir lo que le corresponde; negarán la realidad pero los andaluces la conocemos y la vivimos. Estas multitudinarias manifestaciones pacíficas trajeron para Andalucía una autonomía al máximo nivel competencial permitido en el marco estatal, que facilitó el que las otras comunidades vieran como obvio que Andalucía necesitaba una aportación anual adicional, con el fin de lograr la convergencia con el resto de territorios del Estado.

Recientemente, nuestros representantes, han llegado a un acuerdo con el Gobierno de España y han colocado, en un tétrico supermercado de la dignidad, a la deuda histórica, precio: 1.204,41 millones de euros, cuando en las mismas fechas Zapatero otorgaba 4.800 millones de Euros a Cataluña. Los representantes del Pueblo Andaluz se han atrevido a valorar cientos de años de humillación, han convertido en euros el sudor de los jornaleros, la desesperación de las madres ante la pobreza, los siglos de explotación social, de aculturación, el expolio de nuestras riquezas, las plusvalías de los emigrantes, los beneficios enajenados por empresas foráneas gracias a unos salarios de miseria, la utilización de la cultura popular andaluza como fomento del turismo, la destrucción de nuestros ecosistemas, el establecimiento de bases militares, la utilización de nuestro territorio como cementerio nuclear… Para ellos, es necesario volverlo a decir, nuestra dignidad no vale más de 1.204,41 millones, cantidad ridícula y averganzante, de la cual aún no se ha aclarado si se pagará en metálico o en especies. y como siempre, todo a espaldas del pueblo andaluz, al que se nos asigna el papel de espectadores de nuestra propia Historia (una vez más) y por supuesto, sin pedirnos perdón.

Para más infamia, un importante sector de la prensa, y de la clase política manipulando la realidad, está provocando que otras Autonomías vean en este pago un “regalo” de Zapatero. Ahora además de pobres y analfabetos, nos llamarán pedigüeños.

Consideramos que es responsabilidad de los andaluces transmitir a las nuevas generaciones la verdadera historia de este pueblo, la que no aparece en nuestros libros de texto, e involucrarnos activamente en la recuperación de nuestra dignidad. Es el momento de que los andaluces “volvamos a ser lo que fuimos”, y recordemos y difundamos nuestro presente y nuestro pasado, desde el orgullo de ser andaluz. La deuda es histórica, es moral, y es humana, por su reconocimiento seguiremos luchando, y no se puede compensar con 1200 millones de Euros. Para los políticos al uso, todo ha acabado, para nosotros, como pueblo andaluz, la lucha continúa.

Los abajo firmantes "Andaluces" consideramos que la deuda histórica no estará pagada hasta que Andalucía sea compensada por los cientos de años en que ha sufrido discriminación económica, menosprecio de su identidad cultural y usurpación de sus derechos políticos y de su patrimonio cultural y ecológico. No estará pagada hasta que todos los andaluces accedamos en igualdad a unos niveles dignos en materia social, educativa y económica. Esos niveles que ya disfrutan algunas de las comunidades Estado Español: las mismas que se han visto beneficiadas por la subordinación de Andalucía.

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