Hay que perseguir a los Jornaleros , por darle de comer a las familias, PERO NO HAY QUE PERSEGUIR A LOS DUEÑOS DE LOS BANCOS QUE HAN ROBADO MILES DE MILLONES.
Los jornaleros andaluces y la significativas
diferencias de sensibilidad ante el robo-
JUAN TORRES LÓPEZ
A ninguna persona nos gusta que nos quiten lo que es
nuestro. Tanto es así que desde tiempo inmemorial los seres humanos nos hemos
dado normas e instituciones para evitarlo y para castigar a quien lo haga.
Comprendo,
por tanto, el enojo de los propietarios de los supermercados donde un grupo de
jornaleros andaluces han sustraído comida. Aunque el objetivo sea noble, ya he
dicho que a nadie le gusta que le quiten lo suyo y entiendo, pues, que hayan
dado parte a las autoridades.
Incluso
entiendo que éstas se hayan movilizado enseguida y que los dirigentes de
algunos partidos hayan pedido rápidamente que se castigue a los culpables. Es
lo que ha hecho el portavoz adjunto del Partido Popular en el Congreso, Rafael
Hernando, quien afirmó que espera que el diputado de Izquierda Unida, Juan
Manuel Sánchez Gordillo, sea denunciado por robo porque, según ha dicho, “las leyes se tienen que
cumplir y tiene que tener conductas ejemplares. Esta forma de protestas me
parecen lamentables y espero que la Justicia tome cartas en el asunto” .
Ya digo que
me parece normal. Pero lo que, sin embargo, no me parece tan normal es que
estas autoridades y los políticos que se han escandalizado tanto por el hurto
de los jornaleros sean tan poco sensibles a otros robos mucho más grandes que
ocurren a diario en nuestro país. Es decir, que se enrabien tanto por un hurto
de poca monta y no persigan los grandes robos y estafas.
Veamos:
Supongamos que los jornaleros llenaron cada uno de los
carros con comida por valor de 300 euros cada uno (lo que significaría, por
cierto, que la cantidad total hurtada es muy pequeña para Carrefour y Mercadona , pues
entre ambas empresa obtuvieron 845 millones de euros de beneficios en 2011, y
si suponemos que recogieron 25 carros de comida resulta que con ese beneficio
se podrían llenar 2,8 millones de carros con comida por valor de 300 euros cada
uno)
Comparemos
ahora este hurto con otros tres robos de los que se han producido o se producen
día a día en España:
a) Robo de
las compañías eléctricas.
El ingeniero
Antonio Moreno ha demostrado que “cada día que pasa sin que el Gobierno apruebe
la normativa oficial que defina en qué consiste “la adecuada renovación y
actualización del parque de contadores”, las compañías eléctricas cobran
ilegalmente las siguientes cantidades (incluido el IVA):
- Más de 600.000 euros por un servicio (“la adecuada
renovación y actualización del parque de contadores”) que no prestan porque el
Gobierno aún no ha definido en qué consiste dicho servicio.
- Entre
196.000 y 342.000 euros por el error positivo que tiene el 80% de los
contadores debido a que no han sido verificados periódicamente porque el
Gobierno aún no ha publicado la correspondiente normativa”.
Es decir que las
compañía eléctricas (solo por cobrar un servicio de renovación y actualización
de contadores que no prestan) roban cada día a los españoles el equivalente a
2.000 carros de supermercado con comida por valor de 300 euros cada uno, lo que
representa unos 730.000 carros al cabo del año.
Como puede
verse en la web de Antonio Moreno (http://www.estafaluz.com) si se suman
los demás conceptos de la estafa continua de estas empresas, resultaría que nos
están robando el equivalente a muchísimos más carros.
Como es
sabido, un buen número de bancos engañó a miles de ahorradores españoles
colocándoles “participaciones preferentes” como si fueran depósitos, sin
informarles de que en realidad son una especie de acciones sin derecho a voto y
cuyo efectivo solo se podría recuperar en condiciones muy leoninas (Un
reportaje de Tele5 sobre este tema aquí ).
Como
consecuencia de ese engaño de los bancos alrededor de un millón de personas han
perdido la inmensa mayoría de sus ahorros, calculándose que esas pérdidas, un
verdadero robo, pueden tener un valor de entre 10.000 y 30.000 millones de
euros.
Si aceptamos
la estimación más baja (10.000 millones), resulta que los bancos han
robado a un millón de españoles, y solo por el concepto de participaciones
preferentes, el equivalente a 33 millones de carros de supermercado cargados
con comida por valor de 300 euros cada uno.
c) Fraude
fiscal.
Según los técnicos del Ministerio de Hacienda el 72%
del fraude fiscal (que es de unos 89.000 millones de euros en total), lo
realizan las grades fortunas y grandes corporaciones empresariales, lo que
significa que éstas dejan de pagar a Hacienda unos 64.000 millones de euros al
año.
Si aceptamos
que evadir el pago de impuestos al que estamos obligados es un robo a la
sociedad, resulta que las grandes fortunas y corporaciones roban a
todos los españoles el equivalente a 213 millones de carros de supermercado
cargados con comida por valor de 300 euros cada uno.
A estos
robos podríamos añadir otros a gran escala, como el que han padecido las familias
engañadas que contrataron con bancos créditos con cláusulas suelo fraudulentas
(información aquí y aquí ), los que
practican las empresas farmacéuticas (información aquí), o el sinfín diario de malas prácticas de los bancos
que cuestan miles de millones a todos los españoles (adicae) . Por no hablar
del robo global y de cantidades astronómicas que ha supuesto la crisis
financiera, de el de los rescates bancarios, etc.
En conclusión: me podría parecer razonable que se
quiera perseguir y condenar a los jornaleros que han hurtado unos cuantos
carros de comida por valor de unos 7.500 euros y no en beneficio
propio. Pero lo que me pregunto es otra cosa: ¿cómo es posible que los
mismos jueces, fiscales, policías, autoridades… que están persiguiendo y que
terminarán por encarcelar a los jornaleros responsables por el hurto de unos
cuantos carros de comida no persigan con semejante celo a quienes nos están
robando cantidades que son varios millones de veces más grandes?
No sé que
piensan los lectores y lectoras pero, a la vista de este comportamiento tan
contradictorio y de la falta de persecución efectiva que tienen esos robos
multimillonarios, lo que yo creo es que criminalizan a los jornaleros no porque
les preocupe el robo en sí sino por otra cosa: porque están tirando de la manta
para que se vea la peor y más asquerosa vergüenza de nuestro mundo opulento: el
hambre. Un sufrimiento, no lo olvidemos, que no es un
accidente ni el resultado de la falta de recursos sino, como decía el anterior
Relator de las Naciones Unidas para los Problemas de la Alimentación, Jean Ziegler , “un crimen
organizado contra la Humanidad”. Y es por eso, creo yo, que los criminales que
lo cometen o que ayudan a cometerlo no quieren que se hable de ello.
Así que no
seamos hipócritas: Si las autoridades que tanto reclaman el respeto al orden y
la propiedad fueran coherentes y acabaran con lo verdaderos ladrones que están
robando a la inmensa mayoría de la sociedad no habría más jornaleros llevándose
comida de los supermercados.
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